Los sueños, para que puedan comenzar a realizarse deben ponerse en palabras, darse a conocer.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Viajes en el Tiempo


Publicado el Lunes, 22 de Mayo del 2006 en Autoras en la Sombra

No sé qué tienen las novelas románticas sobre viajes en el tiempo que tanto nos gustan a las lectoras. Quizá sea porque todas nosotras alguna vez hemos soñado con despertarnos dos o tres (o los que se tercien) siglos atrás, en las Hihglands, en plena Edad Media o en medio de una baile victoriano con el más apuesto de los hombres con el que jamás hayamos soñado. Sin embargo, hay una frase que deberíamos tener presente siempre, la de “ten cuidado con lo que deseas que puede llegar a hacerse realidad”. ¿Os imagináis que nuestro sueño se cumpliera?

Analicemos en este bonito blogqueo (parezco Coco con sus lecciones en Barrio Sésamo) lo que podría llegar a suceder:

Opción 1.- Despierto en plena Edad Media.
Una servidora, que de pequeña tomó muchos “petit suises” y creció no sólo a lo ancho (siempre he dicho que lo mío no es un cuerpo “Danone” sino un cuerpo “Campofrío”) sino también a lo alto, mide 1’73. Primer problema: dicen que “El Cid” que era muy alto para su época, medía más o menos 1’60. Así que en vez de encontrarme con un pedazo de caballero como Sin de la MacGregor o Duncan de la Garwood, me iba a encontrar con Alfredo Landa de Sancho Panza, o Torrebruno (que en paz descanse) gritando como loco en pleno torneo: “¡¡¡¡¡Tigres, Leones, todos quieren ser los campeones!!!!!”. Y ese pensamiento hace que mi furor uterino caiga en picado hasta puntos insospechados.

Si a eso le sumamos, como dicen en los libros, el almizclado olor varonil mezclado con aroma a caballo que, aunque en las novelas suene a romántico, en realidad significa “olor a sobaquillo del bueno”, la opción de la Edad Media y caballeros de brillante armadura queda descartada. Porque en esa época el “Efecto Axel” todavía no se había inventado y la noticia más buena que podían recibir los hijos de familia numerosa era la de: “Niños, por fin después de dos semanas, os toca mudar de calzoncillos”; claro que luego llegaba la parte mala de la noticia que era cuando la madre les decía: “Tú, menganito te cambias los calzoncillos con fulanito, y tú zutanito con pepito”.

Opción 2.- Despierto en las Highlands
Pues tres cuartas de lo mismo: efecto “eau de sobac”, no mucha altura y tíos sin ropa interior. Bueno…. lo de los tíos en ropa interior me da exactamente igual pero, ¿y las tías? Eso nunca nos lo hemos preguntado. ¿Llevaban (como diría esa “gran” traductora Amelia Brito) las HIGHLANDESAS ropa interior? Si la respuesta es negativa no sé vosotras, pero yo corriendo por el campo cual cervatillo angelical con el buyuyu al aire como que me entra una cistitis de tres pares de narices. Entonces imaginaros la escena: un highlandes no muy alto, estilo al Fary pero con melena a lo “Brave Heart” y diciéndote: “Corderita mía esta noche te voy a llevar a la extenuación total” (porque como ya escribí en otro blogqueo en las novelas románticas no se dice: “te voy a echar un polvo que te van a temblar hasta las rodillas”, no, no, no, se dice extenuación que queda más “fisno”). Y tú vas y le contestas: “Pos va a ser que no, porque tengo revenío mi cogotillo del amor”. Con lo cual descartamos el viaje en el tiempo a las Highlands, ¿o no?

Opción 3.- Viaje en medio de un baile Victoriano.
Aquí la cosa se complica, es cierto que en esa época el agua les gustaba más, pero tampoco os vayáis a pensar que se duchaban mucho, con lo cual seguimos teniendo olorcillo. Encima eran muyyyyy pero que muyyyy pudorosos, y las mujeres llevaban un camisón con un agujero para copular. Ufffffff cosilla me da sólo de pensarlo. Y encima en los libros los protagonistas son todos Duques, Condes, Marqueses, etc… Y a mí cada vez que leo cualquier título nobiliario me viene a la mente Cayetano de Alba y si tengo que hacerlo con un Cayetano oloroso, que tenga que atinar a meter su pequeño “lord” por el agujero del camisón y encima me tenga que marcar un bailecillo mariposón en un salón de baile como preliminar, como que prefiero la opción de la cistitis, para que os voy a engañar.

En definitiva, si tenemos que viajar en el tiempo, mejor que sea al futuro que no tenemos ni idea de cómo va a ser y podemos imaginarnos lo que nos de la real gana: tíos de 2 metros de altura, con cuerpos musculosos, que se puedan convertir en animales salvajes, o sean vampiros, o lo que sea. Porque la opción del pasado como que da cierto “repelus”.

Moyra

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