Luca Zeani tenía el rostro de un ángel caído. Un rostro que Chiara no había olvidado, ya que pertenecía al hombre que había violado a su hermana, el hombre al que había jurado destruir.
Pero aunque ardía en deseos de venganza, los besos apasionados de Luca encendían una llama aún más ardiente que la hacían su cautiva en cuerpo y alma.
¿Podrían los susurros de su caprichoso corazón conducirla a la luz de la verdad, o estaría destinada a amar a un hombre de las tinieblas?
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