Los sueños, para que puedan comenzar a realizarse deben ponerse en palabras, darse a conocer.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El cabello femenino en las distintas

Vamos a dar un breve paseo por la historia a través de los distintos peinados de las mujeres.

Desde el siglo V hasta el XI lo llevaban largo, cuanto más mejor, y trenzado, dejando descubierta la frente que cubrían con cintas, flores o piedras preciosas. Dado que el cabello suponía una muestra de erotismo, las mujeres que estaban casadas lo cubrían con velos. También se usaba recoger las trenzas en rodetes sobre las orejas que adornaban con redecillas doradas o de seda.


En los siglos XIII y XIV la moda pasaba por cuatro trenzas unidas en la coronilla y cubiertas por una redecilla con adornos múltiples. La Iglesia fue la principal causante de que se cubriesen el cabello tanto solteras como casadas, ya que decían que era pecaminoso y exhortaba al varón al pecado.

En el siglo XVIII los peinados eran ostentosos y mayormente artificiales. Se pusieron de moda las pelucas extravagantes. El uso de las pelucas se impuso durante el reinado de Luis XIV de Francia, conocido como El Rey Sol. Francia iba a la cabeza de la moda y toda Europa les imitó. Se dice que Luis XIV tenía decenas de peluqueros para diseñar sus pelucas. Las de los hombres solían ser blancas, pero las de las mujeres llegaron a ser altísimas (cuanto más altas, más importante era la dama en la sociedad), y de colores tan extravagantes como el rosa, el morado o el azul. Sobre 1715 la moda era llevarlas empolvadas de polvo blanco (de arroz o de harina de trigo), aunque también había polvos en tonos rosas, azules o grises. A bailes y actos importantes, muchas mujeres llevaban pelucas y postizos que también empolvaban.

Durante el Imperio Napoleónico/Regencia, se llevaba el cabello recogido, con rizos en la frente y sobre las orejas, normalmente atado con un rodete en la nuca. Nada de cabello suelto. Y para la calle se usaban gorros para cubrirlo.

A partir de la Revolución Francesa y la Revolución Industrial se impuso mostrar la distancia con los excesos de la Corte, por lo que las pelucas, adornos y abalorios dejaron de usarse.

Con el triunfo del capitalismo en el siglo XIX y al mejorar la higiene, aparecieron nuevas profesiones, una de ellas, los peluqueros, que atendían a las clientas de las clases burguesas en muchos casos yendo a su domicilio. Estos expertos en el cabello lavaban y peinaban a cambio de remuneración económica. Se diferenciaron así de los antiguos "peluqueros" de la Corte que en su mayoría eran doncellas o sirvientes.

Las mujeres más humildes sujetaban sus cabellos principalmente con moños, ya que esa era la forma más decorosa del momento. Las burguesas adoptaron, por su sencillez, también este tipo de peinado. Para salir a la calle, cubrían sus moños sujetos a la nuca con horquillas y redecillas, con los adecuados sombreros.

Interesante, No? 


Publicado por rnovelaromantica.com el 13 Junio 2012

sábado, 7 de septiembre de 2013

Jamie Denton - Bajo el fuego


¿CÓMO IBAN A SEPARAR SU VIDA PROFESIONAL DE LA PRIVADA?


Jana Linney jamás había tenido una relación sexual satisfactoria y las aventuras de una sola noche no eran propias de ella. Por eso le resultaba tan extraño haberse acercado al guapísimo bombero Ben Perry en un bar, pero si alguien podía ayudarla, era él. A la mañana siguiente, Jana se dio cuenta de que una vez no era suficiente y sin embargo sabía que repetir aquello iba a ser muy difícil. Ben nunca tuvo la intención de compartir con Jana más de una noche, pero su entusiasta alumna no tardó en hacerle replantearse tal decisión.

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lunes, 2 de septiembre de 2013

Hannara, el primer encuentros

Hola soy Hannara, hace unos días decidí empezar a dejar por escrito retratos de mi vida, por que se que para muchos revelaran el destino, el presente y el futuro. El por que. 

Aunque como toda persona tengo algunos marcados recuerdos de mis primeras etapas de vida, en su mayoría de los recuerdos son fragmentados y de una vivencia empírica del mundo que me rodeaba. Principalmente mis recuerdos se sitúan en la edad entre 4 y 5 años y tienen que ver con mi familia y algunos momentos  de alegrías infantiles.

De los 5 años tengo un recuerdo que marcaría. Afecta a la fantasía como toda niña, disfrutaba de las historia y cuentos infantiles que mis padres me contaban. Mas aun siendo que vivíamos en una región aislada, en el campo rodeada de bosque. Papá trabajaba cerca, como veterinario, en una estancia vecina. Atendía caballos y todo tipo de ganado. Algunas noche muy tarde salia a ayudar a nacer vacas y llegaba muy tarde en la mañana todo apestoso. Mamá era sencilla, tranquila y callada. Se contentaba con estar en casa, cuidarme, que no era tarea fácil, siempre fui muy salvaje.

Aunque épocas simples reconozco que fueron los mejores años de mi vida. Tengo recuerdos de tanto amor que recibía, de familiares, mis padres y gente linda. El mayor amor siempre fue mi padre. A mamá siempre la sentí distante. Papá era un hombre grande, jovial y de una barba poblada, con gorro vaquero y olor a establo.

Por supuesto yo era la consentida. Recuerdo con ansias el sus pequeños regalos, solía traer sandia para compartir en los días calurosos.  Donde jugábamos a quien escupía mas semillas.  Mamá siempre nos descubría y nos retaba. Claro era ella la que tenia que limpiar. 

Durante esos años mis travesuras no tenían fin, hacia y deshacía todo como quería. Generalmente todos debíamos dormir la siesta yo salia a escondidas y vagaba por el campo lejos de la vigilancia adulta. No debí hacerlo,Lo se ahora, pero era mas fuerte que yo. El deseo innato de bagar bajo la luz del sol, regodearme en su calor y bailar bajos sus tibios rayos. Sentir la naturaleza crecer bajo mis pies. Todo era mágico

Así fue como lo conocí, visto desde mis 60 cm, él era alto y viejo, aunque no debía tener mas de 15 o 16 años. Su rostro estaba todo lleno de granos, pero aun así parecía rodeado de un aura mágica. Llevaba el pelo negro recogido en una cola. Al principio pensé que era otra niña, como yo. No había muchas cerca con quienes jugar. 

Decidí acercarme y cuando estuve a su lado tironie de su camisa. Rápido como un rayo volteo hacia mi y se quedo mirándome un rato. Finalmente hablo.


- ¿Que haces aquí, niña? ¿De donde saliste? ¿Como me encontraste?- preguntó él
- Yo estoy Jugando... ¿Queres jugar conmigo? Podemos se Hada. Yo soy la reina de las Hada y vos mi príncipe. Si? ha! Y Buster el ogro malo - dije señalando a mi buldog.
- Yo....humm... no puedo jugar con vos.No deberías estar acá
- ¿Por que? ¿Sos muy viejo para jugar? Yo pensé que eras una chica, pero no importa podemos jugar igual.
- No!! claro que no soy viejo, ni una chica!! Pero, no puedo jugar. Estoy en una importante misión y vos no deberías estar en el bosque sola. Algo te podría dañar.
- Nunca me pasa nada, yo juego siempre acá. Me escapé. Mamá y papá están durmiendo, pero yo no quería. Hace calor y los pájaros cantan y los quería saludar. ¿Queres se mi Hada príncipe? Buster no le gusta, el es un perro y tiene dientes como un ogo. Cuando come hace ruidos curiosos.
- Ha! Si, bueno, no puedo jugar, tal vez otro día. Es mas,¿Por que no volves a tu casa? El bosque no es seguro. Tenes que volver con tus padres
- No, es mas divertido jugar. ¿Queres que te ayude a buscar lo que se te perdió?
- Este..., no, no cre...
- ¡Hannara!! ¿Donde estas? ....¡Han'a!¡Han'a!... ¡Ven acá!!!
- Ups, Mi papá. Me tengo que ir. Chau!!

Corrí a los brazos de papá, pero mientas apenas escuchaba su regaño vi hacia el linde del bosque donde mi extraño nuevo amigo aun me observaba. Quien hubiera pensado que ese pequeño incidente marcaría mi futuro y el de muchos. 
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Vereniz.-

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