Los sueños, para que puedan comenzar a realizarse deben ponerse en palabras, darse a conocer.

viernes, 6 de mayo de 2011

El descubrimiento de la literatuterapia

Artículo escrito por Ana Fernández

Me suele pasar que cuando tengo muy malas noticias, cosas que han sucedido en las que no quiero pensar, pequeñas exigencias del día a día que me cuesta superar, un enfado tonto o serio con un ser querido, una herida que no me esperaba de la que yo creía una amiga, me encuentro obsesionada en coger ese libro que tengo pendiente y abandonarme cuanto antes a un mundo que no es real, a los problemas imaginarios de protagonistas que no existen más que en mi imaginación y en la tinta de la imprenta y que, con garantía cien por cien, (por eso de que la novela romántica tiene siempre que terminar bien, si no, ya no es romántica, es un drama), sé que se van a encontrar el sentido de sus vidas, la armonía en su ambiente, la paz interior y la aceptación y además, como premio gordo, el amor de un hombre cabal y que es para toda la vida y que, habitualmente, es parte clave para ayudar que todo alrededor funcione como debe ser. 

¿Literatura como evasión? Y digo yo: “¿por qué no?”

Un antiguo proverbio chino reza: “Si tu problema tiene solución, ¿de qué te preocupas? Y si no lo tiene, ¿de qué te preocupas?” Así, que, ¿para qué seguir dando vueltas en la cabeza cuando ya tengo pensado qué es lo que hay que hacer? O ¿por qué no distraerme con la lectura cuando no hay nada que resuelva aquello que me entristece?

Y desde luego, de entre todos los géneros, no hay nada como la romántica para que ni siquiera me cueste esfuerzo leer. Con solo abrir el libro, en menos de una décima de segundo, ya recuerdo por dónde iba. Y a paseo con el dolor, el abatimiento y la derrota. Entre mis manos tengo a una mujer que también sufre, a la que también le dan patadas, a la que la vida no siempre le sonríe y que generalmente sabe coger sus fatigas por los cuernos y luchar por su felicidad y de paso, por la mía. Porque cuando ya saco la cabeza de entre las tapas, cuando la novela ha terminado, soy capaz de volver a afrontar la realidad y de algún modo, tanto la evasión, como el ejemplo de la heroína, como el haber puesto un poco de distancia, me han dado fuerzas para seguir. 

¿Patético? Probablemente, pero es que he descubierto la literatuterapia (soy tan modesta que ni siquiera he registrado el término, juasss) y estoy encantada con este remanso de paz, con este spa visual, con sustituirme momentáneamente por la heroína, ya sea una Robertiana contemporánea, o una Jane Eyre institutriz y con aceptar la aprobación y el apoyo del tiarrón de turno, ya sea un Darcy dieciochesco o un vampiro Cullen actual de modo que, como ya digo, para cuando acaba el cuento, he conseguido trivializar lo que ha pasado o, si no se puede, al menos lo he olvidado durante unas buenas horas.

Así que digo yo, si esto no es mejor que un psiquíatra, más barato, más entretenido, menos humillante y desde luego, aunque en distinta medida, bastante edificante y resultón. ¡Viva la literatuterapia! Eso claro, siempre que una no tenga tarifa plana y pueda desahogarse con una madre o una amiga...

¿A nadie más le pasa?

Nota de, Autoras en las Sombras publicada el Viernes, 25 de Marzo del 2011

3 comentarios:

Usako dijo...

La verdad, es que siempre hago eso, cuando tengo un mal dia o tengo algun problema lo mejor para dejar de pensar en cosas dañinas y dolorosos es leer un libro, en ellos entras a un mundo donde no existes tu, sino lo personajes que te quieren transmitir sus emociones y deseos.
Nunca se me habia ocurrido ponerle un nombre a este estado pero creo que literatuterapia es muy acertivo.

saludos!!!

Carmen dijo...

Estoy leyendo tu comentario y me veo totalmente reflejada..... estoy pasando un mal momento, personal y afectivo, no me siento querida, no he conseguido nada de lo que se espera que a mis casi 40 años tendría que tener ya...a veces me siento un poco fracasada, pero sin embargo llego a casa, y me meto de lleno en una de estas lecturas románticas, y sueño, que yo soy la protagonista, que aunque todo va mal, alguien me ama, que puedo llegar hasta el corazón de alguien, y enamorarlo, y así de esa forma tan tonta, mediante la "literaturaterapia" soy feliz durante unas horas, y consigo olvidar durante un rato mi realidad, y me traslado a un mundo donde puedo soñar y ser feliz. A veces me parece un poco "patético"... pero esta es mi realidad, me siento así y a fin de cuentas con esto no le hago daño a nadie. Un beso

Val.- dijo...

Carmen, no te sientas mal. Creo que es una salida que en algún momento todas tomamos para escaparnos de la realidad. Es como si al sumergirte en alguna historia pudieras borrar por un momento tu vida y ser otra. Suerte y que se mejoren tus problemas. Val.-

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