Los sueños, para que puedan comenzar a realizarse deben ponerse en palabras, darse a conocer.

lunes, 4 de abril de 2011

Recomendado del día - Alí Chumacero

A tu voz
por: Alí Chumacero
 
Erígese tu voz en mis sentidos
tornándose en mi cuerpo sueño helado,
y me miro entre espejos congelado,
y mis labios en sombra doloridos.


Cuando hablo, mi dolor a ti se vierte,
cálida flor de ceniciento aroma,
y tu voz a mis labios ya no asoma
sino en duro temor de viva muerte.


Porque tu sueño en mí su voz levanta,
y enemigo de luz y de sonido
destroza la palabra en mi garganta;


así al fin en tinieblas alojado,
ciego de ti, tal un árbol vencido
flota mi cuerpo entre tu voz ahogado.


Alí Chumacero:
Nacido en la ciudad de Acaponeta, Nayarit, el 9 de julio de 1918. Fallecio en la cuidad de México, D. F., 22 de octubre de 2010. Fue un poeta estricto, consciente y lúcido, Alí Chumacero labró con minucia y disciplinado sentimiento, poemas como “Páramo de sueños” (1944), “Imágenes desterradas” (1948) y “Palabras en reposo” (1956), con el que se le recordará por siempre.


Con buen sentido del humor, sencillo y amplio de criterio, Chumacero Lora fue un poeta humilde. Se dice que a él se le debe que la novela “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo, haya tenido el éxito que tiene, pues mejoró drásticamente la obra.

Autor de una poesía breve pero de construcción deslumbrante, el vate nayarita logró imprimir en su lírica, una expresión relacionada con el impulso juvenil, ya que ese estado de alteración afectiva, es lo que lo lleva a convertir los más intensos deseos en versos.

Pues el amor, la desilusión, el júbilo y la ira, son los principales componentes que caracterizan su trabajo. Ingredientes que se viven día con día, y que forman parte de la historia personal de cada persona; seguramente, la poesía de Chumacero identificará y trasladará a quien la lea o escuche, en algún momento de su vida.

Alí Chumacero aseguraba haber hecho su programa de vida desde muy niño, en el que se propuso no respetar las normas y no cuidarse de nada, además de que decía que era mejor ser un hombre primitivo, en vez de un hombre culto.

Alí consideraba que en el paso por la tierra inevitablemente había dificultades en el camino y en ocasiones hasta arrepentimientos, pero por su gran sentido del humor y su forma positiva de ver la vida, dijo nunca sentirse arrepentido de nada.

Radicado en la Ciudad de México desde 1937, el poeta, redactor, editor y ensayista leyó de todo, e incluso ciencia abstracta como la filosofía, sicología y parasicología, ésta última relacionada con las reapariciones y la muerte, que a pesar de que la consideraba como 'una bacilada', le divertía mucho.


Admirador del grupo de “Los contemporáneos”, el nayarita convivió con lo mejor de la literatura mexicana, Carlos Pellicer, Bernardo Ortiz de Montellano, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Jorge Cuesta, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y Gilberto Owen.

Amplio conocedor de la literatura mexicana, el vate se interesó también por la obra de los miembros de la generación del 27
, como Luis Cernuda, Federico García Lorca o Paul Valery, y por la de escritores de nueva generación, de muchos de ellos fue su formador.

Perteneció, además, al grupo de escritores que fundó la revista “Tierra Nueva”, la cual dirigió de 1940 a 1942, y fungió como redactor de las revistas “El Hijo Pródigo” y “México en la cultura”, suplemento del ya desaparecido periódico Novedades.

Hombres de letras en toda su dimensión, Chumacero escribió apenas tres libros, "Páramo de sueños" (1944), "Imágenes desterradas" (1948) y "Palabras en reposo" (1956), que fueron suficientes para convertirlo en uno de los poetas más importantes de México.

Fue becario de El Colegio de México en 1952 y del Centro Mexicano de Escritores entre 1952 y 1953. Desde 1964 fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y honorario del Seminario de Cultura Mexicana en 2008.

Figura clave en la historia del Fondo de Cultura Económica, durante más de 50 años, colaboró con esa casa editorial como escritor, editor, redactor y corrector de cientos de obras, entre ellas “Pedro Páramo”, que se dice mejoró drásticamente.

Por su trayectoria recibió una vasta cantidad de reconocimientos, como el Premio “Xavier Villaurrutia” (1984), el Internacional “Alfonso Reyes” (1986), el Nacional de Linguística y Literatura (1987), el Estatal de Literatura “Amado Nervo” (1993) y la Medalla “Belisario Domínguez”, que le otorgó el Senado de la República en 1996.


Asimismo, fue objeto de diversos homenajes como el nacional que le rindió el Gobierno de México en 1996, mientras que el año siguiente, el FCE, su casa editorial publicó el libro “Entre voces.




Al cumplir los 90 años de edad, nuevamente el Gobierno de México le rindió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, así como la emisión de billetes de lotería con su imagen, en la serie Grandes poetas mexicanos.



"He escrito poco. No me arrepiento, es mejor dejar una línea perdurable que un grupo de libros que se tire al cesto de la basura", confesó en una ocasión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué lindo poema!! Y muy interesante la información del autor.. voy a buscar más cosas de él!!

Un besote.. te sigo!

Si quieres date una vuelta por mi blog!!

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