Los sueños, para que puedan comenzar a realizarse deben ponerse en palabras, darse a conocer.

viernes, 1 de junio de 2012

Recomendado del día - Millor Fernandes


Poesía matemáticaPor Millôr Fernandes


En las muchas hojas
del libro de matemáticas
un Cociente se enamoró
un día dolorosamente
de una Incógnita.
La vio con su mirada innumerable
y la vio desde el ápice a la base:
Una figura impar;
ojos de robot, boca de trapecio,
cuerpo rectangular, senos esferoides.
Hizo de la suya una vida
paralela a la de ella,
hasta que se encontraron
en el infinito.
"¿Quién eres tú?" -indagó ella
con ansia radical.
"Soy la suma de los cuadrados de los catetos.
Pero puedes llamarme hipotenusa".
Y de hablar descubrieron que eran
(lo que en aritmética corresponde a las almas hermanas)
primos entre sí.
Y así se amaron
al cuadrado de la velocidad de la luz,
en una sexta potencia
trazando ,
al sabor del momento
y de la pasión,
rectas, curvas, círculos y líneas sinoidales
en los jardines de la cuarta dimensión.
Escandalizaron a los ortodoxos de las formas euclidianas
y a los exegetas del Universo infinito.
Rompieron convenciones newtonianas y pitagóricas.
Y en fin resolvieron casarse,
constituir un hogar,
más que un hogar, una perpendicular.
Invitaron como padrinos
al Polígono y a la Bisectriz.
E hicieron planos y ecuaciones y diagramas para el futuro
soñando con una felicidad
integral y diferencial.
Y se casaron y tuvieron una secante y tres conos
muy graciosillos.
Y fueron felices
hasta aquel día
en que todo se vuelve al fin
monotonía.
Fue entonces cuando surgió
El Máximo Común Divisor.
Ofreciole, a ella,
una grandeza absoluta
y la redujo a un denominador común.
Él, Cociente, percibió
Que con ella no formaba un todo,
una unidad.
Era un triángulo, llamado amoroso.
De ese problema él era una fracción
la más ordinaria,
Pero fue entonces cuando Einstein descubrió la Relatividad
Y todo lo que era espurio pasó a ser
moralidad
Como en cualquier sociedad.

Poesia Matemática
Millôr Fernandes

Às folhas tantas 
do livro matemático
um Quociente apaixonou-se
um dia 
doidamente
por uma Incógnita.
Olhou-a com seu olhar inumerável
e viu-a do ápice à base
uma figura ímpar;
olhos rombóides, boca trapezóide, 
corpo retangular, seios esferóides.
Fez de sua uma vida 
paralela à dela
até que se encontraram 
no infinito.
"Quem és tu?", indagou ele
em ânsia radical.
"Sou a soma do quadrado dos catetos.
Mas pode me chamar de Hipotenusa."
E de falarem descobriram que eram
(o que em aritmética corresponde
a almas irmãs)
primos entre si.
E assim se amaram
ao quadrado da velocidade da luz
numa sexta potenciação 
traçando 
ao sabor do momento
e da paixão
retas, curvas, círculos e linhas sinoidais
nos jardins da quarta dimensão.
Escandalizaram os ortodoxos das fórmulas euclidiana
e os exegetas do Universo Finito.
Romperam convenções newtonianas e pitagóricas. 
E enfim resolveram se casar
constituir um lar, 
mais que um lar, 
um perpendicular.
Convidaram para padrinhos
o Poliedro e a Bissetriz.
E fizeram planos, equações e diagramas para o futuro
sonhando com uma felicidade 
integral e diferencial. 
E se casaram e tiveram uma secante e três cones
muito engraçadinhos.
E foram felizes 
até aquele dia 
em que tudo vira afinal
monotonia.
Foi então que surgiu 
O Máximo Divisor Comum
freqüentador de círculos concêntricos,
viciosos. 
Ofereceu-lhe, a ela,
uma grandeza absoluta
e reduziu-a a um denominador comum.
Ele, Quociente, percebeu
que com ela não formava mais um todo,
uma unidade. 
Era o triângulo, 
tanto chamado amoroso.
Desse problema ela era uma fração, 
a mais ordinária. 
Mas foi então que Einstein descobriu a Relatividade
e tudo que era espúrio passou a ser 
moralidade
como aliás em qualquer 
sociedade.

Texto extraído do livro "Tempo e Contratempo", Edições O Cruzeiro - Rio de Janeiro, 1954, pág. sem número, publicado com o pseudônimo de Vão Gogo.

Millor Fernandes
El escritor Millor Fernandes, uno de los más importantes intelectuales brasileños, murió a los 88 años en Río de Janeiro.

La muerte de Fernandes provocó un ambiente de luto en Brasil, y hasta la presidenta Dilma Rousseff,divulgó un comunicado en donde expresa su pesar por el fallecimiento de "un genio brasileño, un ícono del humorismo".

Millor Fernandes (Brasil, 1923) autor de cerca de 40 novelas era también dramaturgo, dibujante, periodista, traductor de novelas y textos teatrales.



Fernandes fue uno de los fundadores de O Pasquim, un semanario humorístico y satírico nacido en 1968 que se sirvió de la ironía para burlar la censura y criticar al régimen militar que imperó en Brasil entre 1964 y 1985.

Se inició en el periodismo en 1938 con una columna en la revista A Cigarra que firmaba con el pseudónimo Vão Gogo, que utilizó durante varias décadas en diversas publicaciones, entre ellas el semanario O Cruzeiro, uno de los principales periódicos brasileños de los años 40 y 50.

Luego, colaboró con medios importantes como el Jornal do Brasil y la revista Veja.

De su producción literaria sobresalen las obras teatrales, aunque también escribió cuentos, fábulas, poesías y novelas.

También fue traductor de una decena de obras de William Shakespeare y adaptó al portugués textos de otros autores como Molière, Bertold Brecht, Tennessee Williams, Mario Vargas Llosa, Augusto Monterroso o Darío Fo.

El humorista era conocido por el gran público brasileño por sus frases ingeniosas, que muchas veces escribía en forma de tira cómica, que fueron publicadas en numerosos periódicos y revistas de todo el país.

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