La suerte de Moby regresó el día que leyó un anuncio en el periódico de la mañana solicitando un camarero y cantinero en la taberna O'Brien. Aunque un viaje de cuarenta y cinco minutos hasta Cattle Valley significaría pasar menos tiempo con su madre, Moby decide que era su único tiro hacia una vida tolerable en Wyoming.
Quemado ya una vez por el insecto del amor, Sean O'Brien no tenía ningún interés en viajar nuevamente por ese camino tan pronto. Aunque los clientes parecían amar a su más reciente contratación, Sean rápidamente se interpone en los avances hacia el sexy camarero. La forma en que Moby permite a los clientes que lo traten sólo significaba para Sean una falta de respeto. Si su nuevo empleado no hacía algo al respecto, Sean lo haría, incluso si eso significaba reclamar a Moby para sí mismo.
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