Kenny ahora tiene veinte siete años, pero para Eli, siempre será el alumno que le atrajo. Aunque han pasado diez años, no han sido suficientes para borrar la vergüenza que todavía siente cada vez que mira al guapo profesor de educación física.
Cuando un retiro forzoso obliga a los dos hombres a compartir una casa, Eli se enfrenta cara a cara con el hombre que es ahora Kenny y se dará cuenta de que ya no es un niño.
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