Pablo Neruda
El miedo
que tonifique y que futbole,
que corra, que nade y que vuele.
Muy bien.
Todos me aconsejan reposo,
todos me destinan doctores,
mirándome de cierta manera.
Qué pasa?
Todos me aconsejan que viaje,
que entre y que salga, que no viaje,
que me muera y que no me muera.
No importa.
Todos ven las dificultades
de mis vísceras sorprendidas
por radioterribles retratos.
No estoy de acuerdo.
Todos pican mi poesía
con invencibles tenedores
buscando, sin duda, una mosca,
Tengo miedo.
Tengo miedo de todo el mundo,
del agua fría, de la muerte.
Soy como todos los mortales,
inaplazable.
Por eso en estos cortos días
no voy a tomarlos en cuenta,
voy a abrirme y voy a encerrarme
con mi más pérfido enemigo,
Pablo Neruda.
- Quien cree que yo me puedo poner a trabajar con semejante incertidumbre – se quejaba Teo junto a mí – Te digo la verdad, anoche casi no dormí lo único que hice fue dar vueltas en la cama. En un momento mi mujer casi me saca a patadas porque tampoco la deje dormir. ¡Dios, como deje de fumar!
- ¡Jajaja! – no pude evitar reírme del pequeño contable que estaba a mi lado. Era totalmente maniático, nervios. Menos mal que eligió se contador con esos nervios no me lo imaginaba como abogado frente a un tribunal.
- Dicen que es soltero y muy guapo – Entró Cristina la asistenta de marketing caminando con un clan, clan, sobre sus tacos de diez centímetros. Todavía me pregunto cómo no se cae desde esa altura.
- Sí, que tiene ojos claros y un pelo sedoso y negro como un cuervo – comentó detrás Marta una de las chicas del Call center – tú crees que podre tener uno así como regalo de navidad , humm, con unas vacaciones a una isla desierta.
- Sigue soñando, hombres como ese no se fijan en nosotras, tienen suficientes modelos tontas alrededor par buscar algo con cerebro. – respondió Cristina – Ustedes muchachos que piensan de todo esto.
- Yo, lo único que quiero es continuar en mi trabajo. Vos sabes con Mariana mi mujer tuvimos hace poco a Lilita, mi pequeño ángel, no quiero que pase nada ahora que tengo una boca más que alimentar.
- ¡Hay como está la pequeñita! Dime que tenes fotos de Lilit, yo quiero verlas – acotó Marta.
- Bien llego el horario de la verdad – me dice Teo – para colmo de males perdí la apuesta con Torres sobre el clásico del fin de semana, me va tocar pagar el almuerzo a mí. El día de hoy no podría ser peor.
- Buen día, Damas y caballeros – comenzó Simons – Como todos ya deben sabe, con el sr Pouls hemos decidido retirarnos y dedicarnos a nuestras familias. Durante los últimos meses hemos estado negociando la venta de la empresa a alguien que sea capaz de absorber el volumen de trabajo que manejamos. Por lo tanto estamos aquí para presentarle al Señor Russell Hobbs, dueño de SotfHobbs Inc. y flamante Nuevo dueño de Webbself.
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