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Los sueños, para que puedan comenzar a realizarse deben ponerse en palabras, darse a conocer.
martes, 19 de abril de 2011
Amor Imprevisto - Capítulo 9
quí estoy yo, sentado a los pies de un satico maniático, en el piso de una gran mansión como perro junto a su amo. Los hermanos Hobbs también están aquí y como si nada comparten esta farsa de desayuno intercambiando dulces cumplidos con este loco. Yo mientras tanto, entre la inconsciencia y la realidad. La nariz rota no deja de sangrar. Sería preferible perder la conciencia de una vez, despertar en mi apartamento y creer que todo esto fue un simple truco de mi enfebrecida mente. Solo un mal sueño.
No estaba pendiente de la conversación, no estoy muy seguro de que hablaban, yo trataba de alejar mi mente de todo, más aun del dolor. Sé que mi nariz esta facturada y seguramente alguna costilla, siento como el aire a ingresara por mi cuerpo y como repercute el dolor por todo mi ser. Para colmo la poción en la que me encuentro hace muy difícil respirara con normalidad sin sentir que me están aplastando el cuerpo.
En ocasiones sé que mi nombre es dicho en la conversación que se sigue sobre mi cabeza, con las personas sentadas en la mesa, aunque no estoy seguro sobre que hablan. No debe ser algo bueno ya que en un par de desagradable oportunidades Zacary logró enfurecerse tanto que tiró de mi cuerda tan fuerte, que sentí mi cuello romper, mi dolor ser más feroz y mi sopor desvanecerse un poco.
Sentí que sobre la mesa que la discusión eran más fuerte, que estaba llegando a un punto álgido. Supongo que así fue, porque de ponto me sentí alzado en brazos y transportado. Mi dolor era tal que como protesta solo pude emitir un grito ahogado.
– Tranquilo, pequeño, tranquilo, ya todo terminó. Vamos a casa. – Escuche junto a mi oído como un mantra sanador.
Supe que era uno de los Hobbs, pero no estaba seguro quien. Me arrebujé junto al calor de su cuerpo y logré que el mundo se desvaneciera por fin.
Desperté tiempo después en un lugar inmaculadamente blanco, un run run constante acompañaba mi despertar. Sentía dolor, pero algo atenuado. En mi olfato sentí algo picante, desinfectante. Esto sumado al blanco me dio dos más dos igual a un hospital. Traté de mover mis manos para palpar mi rostro y mi cuerpo pero se sentían muy pesadas. Mi cuerpo no estaba respondiendo a mis órdenes, supongo que era mejor así, se que en cuanto me moviera aullaría de dolor.
El molesto run run, aun sonaba en el ambiente. Tratando de mover suavemente mi cabeza seguí el sonido. Fue gracioso descubrir que lo que oía no era otra cosa que los ronquidos de Rhion, quien despatarrado en un sofá de una plaza dormía plácidamente. Fue muy gracioso ver como encajó su gran cuerpo en ese diminuto sofá para echar una cabezada. Me dio ternura verlo, así que me dedique a verlo dormir durante un rato.
Supongo que yo también debe haberme dormido un poco más, porque cuando desperté nuevamente en la habitación se filtraba la luz del sol. Daba la impresión de ser bien entrado el día y los ronquidos de Rhion ya no acompañaban mi sueño. En su lugar, el sillón de las visitas, estaba otro de los hermanos, supuse que Ruond. Aunque sin estar seguro.
No obstante ahora veía entre los hermanos pequeñas sutilezas que me permitían distinguirlos. Russell, era serio, pero aun así me sentía cómodo en su presencia, era como una vieja amistad, no despertaba en mi nuevas sensaciones incomodas. En su vestuario era elegante y sutil. Claro que cada traje de él era como el sueldo de un mes para mí. Su pelo siempre estaba prolijamente peinado. Por otro lado, Ruond, con su manía del perfeccionismo, también vestía de un modo impecable, pero creo que el estar a cargo de Asia le había dejado su impronta en las camisas de cuello Mao o los pantalones rectos y sobrios. Solo un detalle sobresalía de la perfección y era el pelo revuelto por hacerse pasado la maños contantemente por él cuando algo lo turbaba, era lo único que desentonaba en su máscara de impasibilidad. Rhion, bueno a él aun no podía hacerlo encajar en un patrón, siempre me desencajaba.
Ruond, estaba analizando unos papeles que tenia apoyados en un pequeña mesa ratona frente al sillón. Al ver eso, caí en cuenta que yo no me encontraba en un simple hospital, debía estar en uno muy caro. Caí en cuenta que estaba en una habitación privada, con comodidades para quien vela por el paciente, me gustó la idea y a la vez me turbó el pensar lo caro que podría salir esto. Debí hacer algún sonido, ya que Ruond levantó la cabeza de los papeles y me miró con esos profundos ojos verdes como el mar Caribe.
– Por fin despertaste Molgan – dijo con voz profunda – pensé que dormirías todo el día.
– Si pudiera lo intentaría – dije, mientras miraba a todos lados tratando de buscar lo que necesitaba.
– Humm, señor Hobbs, podría llamar a la enfermera, tengo un pequeño problema aquí. – dije en forma deseperada.
– ¿Qué? ¿Te duele algo?¿Estás bien? – dijo junto a mí. Aun no sé cómo llegó tan rápido a mi cama. Si no fuera por mi apuro, lo cómico que se veía su rostro me hubiera hecho reír a carcajadas en otro momento.
– Estoy bien, en realidad es otra cosa… – lo miré como dándole a entender que necesitaba urgente el baño, pero no lo captó, así que no me quedó otra - ¿Me podría usted acompañar al baño, por favor? – dije ya un poco desesperado.
– Ha, eso, este bueno.., no se si puedo moverlo, aguarde voy mejor por la enfermera – Ruond, salió y yo solo esperaba que llegara a tiempo antes que debieran cambiar las sabanas.
Luego de mi penosa experiencia con la enfermera, vino el médico y con El los hermanos Hobbs.
– Bien, Sr. Molgante, tiene usted, contusiones varias, la nariz rota, dos costillas fracturadas y una fisurada. Además de una importante deshidratación por lo cual tiene es suero intravenoso. Cuando llego, constatamos que tenía también una importante una pérdida de sangre que requirió una transfusión. Por lo demás usted necesitará abundante reposo por el próximo mes para que las costillas suelden bien y luego seguramente requerirá algún tipo de fisioterapia. También se le ha recetado una serie de calmantes a fin de aplacar el dolor que está sufriendo. Seguramente se sienta aletargado y algo desorientado por un tiempo. Alguna consulta.
– Si, cuando me estarán dando el alta.
– Bien, he hablado con los Señores Hobbs y ellos aseguran que será atendido en correctamente en la residencia familiar por lo tanto, en cuanto terminemos de hidratarlo podrá obtener el alta. Supongo que eso será por la mañana.
– Muchas gracias, Doctor.
– Sr, Molgante, cuídese, espero verlo en una semana para determinar cómo siguen las costillas. Adiós.
Los hermanos Hobbs, se habían mantenido callados hasta el momento y aun seguían así luego que le medico se retiro de la habitación. Rhion miraba hacia el exterior desde la ventana, Russell estaba apoyado contra la pared junto a la puerta de entrada y Ruond me miraba desde el lado izquierdo de la cama. Sabía que los calmantes que me estaban pasando con el suero harían efecto pronto, es mas sentía ya un pequeño letargo apoderarse de mí, pero yo deseaba algunas explicaciones antes. Así que me arme de valor y dije.
– Señores, considerando que estaré un mes y algo mas recuperándome, necesitarías algunas respuestas sobre lo ocurrido. – y esperé
– Sabemos que deseas respuestas, es más, necesitas también hacer la denuncia a la policía para completar la que realizó el hospital y la nuestra. Por lo tanto mañana, cuando estés cómodo en casa la policía te tomará declaración – dijo Russell resueltamente.
– Nosotros sentimos haberte hecho pasar por esto, ninguno pensó que algo así podría haber pasado – Convino Ruond.
– Yo, quiero respuestas – dije mientras sentía en efecto de los calmantes y un aplastante letargo apoderarse de mí.
– Luego ahora, duerme y recupérate – Oí decir a la lejanía.
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Vereniz.-
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