Amor Imprevisto - Capítulo 10

  

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o primero que pensé era que hoy estaba programada la fiesta de cumpleaños, luego me vi en la cama y deduje que yo no estaría invitado. Tenía tantas ganas de bailar, de ver lindas mujeres, envueltas en brillantes colores, de perderme en el cálido abraso de una y dejar que me envuelva con su fragante cuerpo para olvidar todo. Pero aquí estaba yo confinado a la cama de mi dormitorio. Con tantos calmantes como para dormir a un dinosaurios y sintiéndome tan viejo como uno.  

Esta mañana me habían trasladado desde el hospital a la casa. El viaje fue penoso y aun más penoso ser el monstruo de la Momia Regresa, todo cubierto de vendas y algo similar al yeso que envuelve mi torso para impedir que mis costillas se muevan. Claro que también impide que respire. Es como una jaula de tortura. Más aun con todas las comodidades el viaje fue una tortura, me obligó a dormir cuando llegue. Luego tuve responder a las preguntas de los policías, sin aun conocer la historia completa. 

Me di cuenta que a pesar de su formalismo, los policías me miraban con un dejo de lastima y repulsión. Como si yo en vez de la victima torturada fuera también un maniático, que le gusta ser sádicamente secuestrado y golpeado en el proceso. No estaba seguro de que esta investigación llegara a un justo final. Mi sospecha es que caería en el olvido, en cuantos los policías cruzaran la puerta. La verdad también es que yo quería olvidar todo en cuanto mas rápido mejor. 

Alrededor de las cuatro de la tarde los hermanos Hobbs entraron a visitarme antes de partir hacia mansión donde se realizaría de fiesta. Debían tomar en las oficinas el helicóptero, que los llevaría en veinte minutos a la residencia, así que solo pasaban a saludar. Sinceramente no tenía muchas ganas de desearles feliz cumpleaños, cuando aun no tenía respuestas a todas mis preguntas. Ingresaron, saludaron, preguntaron por mi salud y  si estaba conforme con mi enfermera. Así que con todas las respuestas afirmativas se fueron dejándome tan solo, como aturdido y perdido.

Era de madrugada, no puedo estar seguro de que hora. Algo me despertó. Descubrí que no estaba solo en la habitación. Junto a la ventana estaba una figura contemplando el vacio de la noche, sosteniendo en su mano un vaso.  Juzgar por el ruido era probablemente whisky on de rocks. Era el sonido del hielo contra el vaso lo que provocó que despertara. Primero pensé que Zacary había vuelto, pero antes de ceder al pánico me di cuenta que no era así. En realidad la figura era de Rhion. Parecia, pequeño, apocado, triste, como un niño perdido. Lo miré durante un tiempo, mientras el seguía perdido en lo que hubiera al otro lado del cristal.  Luego de un largo período se giró y me miro, aunque parecía extraviado en otro mundo, muy lejos de aquí. 

–  Hace unos años, cuando apenas había cumplido los 17, nuestros padreas aun Vivian y nosotros no teníamos tantas responsabilidades. – comenzó a contarme Rhion -  mis hermanos sabían lo que querían hace de sus vidas, pero yo no. Siempre supe que era distinto, me gustaba la diversión y no deseaba ir a la universidad o atarme e la empresa familiar.

Se tomo su tiempo, seguramente para ordenar sus pensamientos. Lentamente vivió el vaso de whisky, mientras tomaba la botella de bar para servirse otro generoso trago. 

– Siempre fui rebelde y mi sueño en ese momento, era conocer el mundo. Quería vivirlo, solo como una aventura, sin el dinero de los Hobbs y la sombra de mis hermanos. Ese año, luego de terminar la segundaria, partí con mi moto, algo de dinero en el bolsillo y un poco de ropa en la mochila. Primero recorrí Inglaterra, Escocia, Francia, España y luego todo el resto de Europa y Asia, hasta que llegué a Pequín. Para esto llevaba ya dos años viajando y conociendo lugares, trabajaba de lo que podía para ganar algo de dinero y seguía mi camino.

Pedido, e sus recuerdos los vi tomar otro trago del vaso y girar nuevamente a ver por la ventana, a la noche. Aunque no estoy seguro de que se dedicara a ver las estrellas, más bien creo que veía los fantasmas de los recuerdos que se le escapaban por la noche. 

– Nunca pensé que aquel día mi vida cambiaria tanto. Estaba buscando trabajo, hacia un tiempo que estaba en la ciudad y el dinero estaba empezando a escasear así que debía conseguir más. De repente entre tantas caras orientales, veo que sobresale un tupido pelo rubio, el más bello hombre que había visto hasta el momento. Yo sabía ya por aquel entonces que era gay, no obstante nunca antes había hecho algo al respecto, sin embargo en ese momento lo supe y tuve que acercarme al él. Me senté a su lado en el banco de la plaza y descubrí que se llamaba Zacarry,  tenia 29, era ruso y estaba en china dictando clases de literatura rusa en la universidad. Me enamoré loca y perdidamente de El. Inmediatamente nos fuimos a vivir juntos. Estuvimos juntos en esa ciudad extraña durante casi tres años.

Nuevamente se quedo callado y pensé que no seguiría con la historia, que simplemente me quedaría con la intriga de lo que pasó entre esos dos hombres y del porque de tanto odio que me dejaba a mí en el medio. 

– Al principio todo iba, bien. Nos adorábamos, o eso creía yo. Luego de un tiempo empezó quejarse de todo, desde como vestía, hasta como hablaba. Nunca era suficiente con el dinero que traía de mi trabajo, o que no pasaba tiempo con él o simplemente la comida no estaba a su gusto. Enloquecía si miraba a una mujer u hombre por la calle,  hablaba con mis compañeros de trabajo. Tuve que dejar el trabajo en el hotel como bellboy y el de guía de turistmo porque no soportaba que la gente me mirara. Acepte un puesto inmundo como ayudante de cocinero en un café.  Sin embargo no fue suficiente y el amor decayó.

–  Luego empezó a fumar opio, a experimentar con droga. Lo echaron de la universidad, yo no me enteré hasta más tarde, cuando tuvimos que abandonar el departamento en el que vivíamos porque era de la universidad.  Vagamos de un lugar a otro, siempre peor que el anterior. En un momento nuestra situación era tan mala que no tuve más opción que pedir dinero a papá, quien obviamente antes de entregármelo investigo a Zacarry y me contó algunas cosas que no quise creer.

–  Mas o menos en esa época empezaron los castigos y después las reconciliaciones. Algunas veces me ataba a la cama y me dejaba solo allí por hora hasta que se acordaba, otras me golpeaba con tal fuerza que en varias oportunidades estuve a punto de morir. Luego decía que lo sentía, que realmente me quería, que no podía estar sin mí. Aun sufriendo esos maltratos yo lo justificaba y decía que él me amaba tanto como yo lo amaba. Creía que cuando encontrara trabajo nuevamente dando clases todo estaría mejor.  Jamás pensé que estaba abusando de mi.

Nuevamente sobrevino el silencio. Un silencio que no me atreví a romper por nada del mundo, por miedo a que Rhion dejara de narrar tan penosa historia, sin llegar a conocer el final.

– Lo peor fue la noche que llevo a tres hombres. Según dijo me vendió como su puta porque yo lo era. Así que esa noche los cuatro abusaron de mí. Luego de horas y horas de los más bajos vejámenes, cuando se fueron, dejandome dolorido, roto y golpeado, con las pocas fuerzas que me quedaban recogí mis cosas y huí. Por primera vez en mucho tiempo quise estar en casa. Unas horas después tomé un avión a Londres. Veinticinco horas más tarde caí desfallecido en la puerta de casa a los pies de mamá.

– Papá y los chicos se vengaron por mí de Zacary. Sé que la familia de él tenía dinero y empresas en Rusia. Creo que los obligo a ir a la quiebra y de algún modo los usó para consolidar la parte oriental de Hobbsoft. Desde ese día nunca había vuelto a saber de Zacary hasta ahora. Hasta ti.

Para cuando dijo estas palabras él estaba junto a mi cama. Arrodillado, aferrado a mi mano, con una fuerza que casi dolía. Ambos nos quedamos en silencio largo rato. Creo yo que Rhion esperaba mi perdón. No pude dárselo, ya que no sabía si lo culpaba a él, a Zacary, al destino o a que. Solo sabía que seguramente se sentía tan dolorido como yo, o tal vez aun más, porque quien lo traicionó era alguien a quien había amado.

Sin decir nada, lo inste a subir a mi cama. Sentía que necesitaba un abrazo un consuelo para borrar esos amargos recuerdos. No sé, de donde salieron las acciones, pero no lo pensé mucho, simplemente levante las sabanas y lo invité a compartir mis mantas. 

Supongo que sería en cansancio de liberar tantos recuerdos, mas la tención acumulada y la buena botella de whisky, porque en cuanto Rhion apoyo la cabeza en la almohada junto a mí se durmió. Por primera vez, en una semana, podía decir que el mundo no es apagaba a mi alrededor y todo quedaba en negro obligándome a dormir. Es más, mi mente no podía dormir, simplemente se quedó pensando en la terrible experiencia que había vivido en hombre junto a mí que aun en sueños apretaba mi mano con fuerza. 

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Vereniz.-