Amor Imprevisto - Capítulo 11

 

M

e desperté envuelto en el más cálido capullo, cubierto con el más fino edredón y el más suave algodón egipcio. En mi letargo del despertar me sentí consumido por el  mayo y más abrazador fuego. Sentí poco a poco un incendio que crecía e iba consumiéndome, poco a poco con las llamas que lamian mi ser. Sabía que estaba viendo el sueño húmedo más real que jamás haya tenido. Las sábanas, la cama entera y mi cuerpo parecían estar a un paso de la ignición, era como si fuera el centro de una hoguera. Sentía un dolor, tenue y una incomodidad que empuje a la lejanía, no quería que nada atenuada es el extraño placer que estaba sintiendo. Si era un sueño, solo deseaba que no me dejaran despertar. Claro que como todo sueño, esta también acabó. Como todo incendio se precipitó en una increíble explosión y todo mi ser se sacudió. Creo que fue el orgasmo más fascinante de mi vida.

 He de reconocer que desde mi adolescencia e despertado cada mañana con una importante erección. A veces ha sido incomodo, como de niño cuando mamá me venía a despertar. Otras, ha sido bienvenida por mi pareja de alcoba y otras frustrantes, como cuando estas solo y en único remedio es desfogarse bajo la ducha. Pero no recuerdo haber experimentado un despertar tan sensual y húmedo desde mis primeros días de adolecente, cuando mojaba mi cama con algún sueño húmedo por una modelo de Playboy. 

Así que desperté arropado y saciado. Claro está que mi objetivo era seguir así y no tuve intención de abrir los ojos y no lo hubiese hecho si el dolor no me hubiera obligado a gritar. 

– Auch!!! Mierda!!!  –  Miré hacia abajo por mi cuerpo y pude ver unos risos negros que asomaban entre las níveas sabana y unos ojos verdes llenos de picardía que me saludaban con un brillo especial. Su mano se había apoyado en mi cadera causando en dolor que me saco de mi burbuja de satisfacción.

– Perdón, lo siento. No quise hacerte daño. Te veías tan lindo y sonrosado, tan dulce por el sueño que no pude resistirme a despertarte, con un lindo regalo – dijo Rhion, mientras se relamía los labios y me guiñaba el ojo. Tratando de acomodarse en la cama para no causarme dolor.

– Tu!!... tu… me… Dios, mierda!!!, como?  –  No me salían las palabas para describir lo que acababa de suceder. La indignación, el ultraje de que un hombre me tocara de ese modo.

–  Hola!! También para ti – dijo Rhion – Este no es un lindo despertar? Yo creo que sí. Me encantó tu sabor, es dulce y picante como tú. Me encanta empezar la mañana así. Arropado calentito y con un buen desayuno – dijo, mientras su mano rapaz se dirigía lenta pero sin pausa a mi sur

– Fuera!!! Fuera de aquí!!, como te atreves?, Estas loco!!. No, no ¡! Yo estoy loco por  compadecerme de ti. – auch!!! Mierda como duele!! Te odio!! . – dije mientras intentaba moverme lejos de él. Mientras trataba de salir lejos de la cama.

– Bien, bien veo que no tienes mucho humor por las mañanas. – Sonreía Rhion, aunque yo veía que la sonrisa no le llegaba a los ojos como unos minutos antes. Seguro que estas dolorido, no te preocupes en unos minutos llamo a tu enfermera. – Con una gracia felina salió debajo de los cobertores completamente desnudo. Cuando se había desnudado me pregunte?

– No te preocupes, mientras bajo, pediré un rico y delicioso desayuno para ti junto con una gran botella de píldoras para el dolor. – decía mientras terminaba de abotonarse la camisa. Mientras yo impávido desde mi cama no podía hacer otra cosa más que observarlo. Despacio se acerco a mi y agacho su cabeza para dejar en mis labios un suave beso. – Que tengas un lindo día. . – dijo antes de salir sin mirar atrás. La verdad nunca vi a nadie vestirse tan rápido. Pero bueno yo lo había echado que otra cosa podía hacer.

La ironía de todo era, que el despertar había sido maravilloso, que el día por la ventana se veía perfecto, claro y con un sol radiante, diferente del lúgubre y común clima ingles. Que si no hubiese sido por que un hombre fue el que me proporcionó el placer habría sido mi mejor despertar y mi mejor día. 

Lo único que yo podía pensar en ese momento, era que mi húmedo despertar había sido con mi pene en la boca de Rhion. Desde cuando yo disfrutaba de las atenciones de un hombre? O  de mirar el cuerpo de un hombre desnudo recorrer mi habitación? Desde cuando mis dedos se morían por desabrochar los botones de la camisa que se estaba colocando? Cada vez estaba más confuso, lo suficiente confuso para desvariar.

Estaba indignado, pero no se con quien. Tal vez lo estaba con Rhion por aprovecharse de mí de ese modo, por violar mi cuerpo mientras dormía y yo era inconsciente. Tal vez estaba  simplemente enfadado con migo por disfrutar de la situación y porque en ese momento al recordar mi cuerpo respondía y pedía mas. Dios!! Desde cuando tenía una erección con solo pensar en una mamada. En una manada de un hombre sobre todo. Eso es de gay, de enfermo!! No podía día excitarme con eso, no, no y no!!!

Suerte para mí en esos momentos entro la enfermera y corto el derrotero de mis pensamientos que cada vez iban peor. Ella era una mujer ya mayor, así que no podía afectar a mi libido. Menos mal. En fin, Margot, así se llamaba mi enfermera trajo el prometido desayuno. Por suerte, yo estaba con mucha hambre, siempre en sexo me deja famélico. Pero no pensemos en eso. Unos huevos revueltos y un par de pastillitas solucionaron mi vida, o por lo menos me enviaron a dormir y ya no tuve que volver a pensar.

Días después ya lo bastante recuperado, pude empezar a trabajar nuevamente, aunque desde la cama y con el computador portátil. El trabajar en una empresa de software te da la ventaja de tener tecnología y gran velocidad para poder hacer tele-trabajo. Pude comunicarme por tele-conferencia con los otros asistentes de los hermanos Hobbs que estaban ocupándose de mis tareas mientras yo estaba recuperándome y ayudarlos en el trabajo. Escribí interminables cartas formales, respondí aburridos mails y realicé investigaciones  financieras varias. Hasta desde mi computadora pude programar la llegada de Russell de regreso a nuestras oficinas en América.

Menos mal que los Hobbs me consiguieron algo para hacer, o esos días en la habitación del segundo piso me hubiera vuelto loco. No es que me quejara, ni nada por el estilo, pero la verdad es que necesitaba ocupar mi tiempo libre en otra cosa que pensar y dormir. Ya parecía un bebe recién nacido. Solo comer y dormir, ha claro otras cosas también. En este tiempo he descubierto que mi cara es un amasijo extraño, de colores variados que van desde el más intenso negro al más horrible verde. Creo que nunca recobraré mi hermoso rostro. Jaja!!

La certeza es llevamos dos semanas en Londres o 14 días en realidad. Cuando Russell hablo de este viaje dijo que estaríamos en Inglaterra solo una semana, para trabajar y festejar su cumpleaños, y el de sus hermanos claro está. Mientras en la central de Hobbs Building se hacia el cursito de “motivación”. Las circunstancias  modificaron un poco las cosas y llevamos aquí dos semanas. A estas alturas extraño mi casa, mi idioma, mi comida y mi cama.

No puedo negar que salvo el incidente con Zaccary y el otro que no voy a nombrar, he sido tratado como un rey. He sido atendido y consentido por el servicio, pero con exactitud es que no he conocido Londres más allá de esta habitación, que por cierto es hermosa, claro está. Tampoco es que quiera conocer mucho de Londres, como para hacer un recorrido turístico, no, no, eso me llevaría a aceptar la invitación de Rhion. Y no, no… seguro no haré eso. Aparte no sé donde está.

Todos sus hermanos están preocupados, el no ha vuelto desde la mañana del incidente. La servidumbre de la casa dice que esa mañana luego de un baño salió con su moto y una mochila y aun no regresó. Igual, no es mi problema, yo no herí sus sentimientos, yo no lo  obligue a hacer nada. No, claro que no. Yo en todo caso soy la parte ofendida. En fin, mañana regresamos a casa, así que lo único que me resta es preparar el equipaje. Tal vez por la tarde pueda salir un rato y comprar algún recuerdo o tomar alguna foto. Solo para llevarme de Londres un recuerdo que no sea mi cara amoratada y mi mente confusa, para decir “Yo estuve aquí”.

--------------------------------

Vereniz.-