Una de las cosas que siempre me han hecho gracia de las novelas románticas son los términos que las autoras y traductoras utilizan a la hora de describir a los protagonistas y las escenas subiditas de tono. En estos libros los chicos nunca son bajitos…. son altos.
Nunca son gordos… son fuertes y musculosos con una tableta de chocolate como abductores que ya quisieran los Ruiz Mateos tener a un modelo como estos para anunciar sus chocolates en vez de tener que ver a la prole de estos buenos señores todo el día en la televisión. Nunca son feos… tienen rasgos cincelados, mandíbulas cuadradas y narices aguileñas (¡¡¡¡vamos igualitos que el novio de la Pantoja, el “Cachuli”, con ese bigotillo tan cincelado!!!)
Ellas tampoco son gordas… tienen generosas curvas, ni son raquíticas… son estilizadas.Sus pechos parecen un anuncio de macedonia de frutas porque siempre son tersos cual melocotones, o maduros como manzanas recién recogidas del campo. Tampoco son feas… tienen una belleza inusual para la época (que digo yo que la Rosy de Palma también tiene una belleza inusual y nunca la han metido como protagonista de uno de estos libros, ¡¡¡con la ilusión que le haría a ella!!!).
Y si ya nos vamos a las escenitas calientes, el descojone está asegurado:
Nunca tienen pene, ¡¡¡no señor!!! Tienen poderosas espadas o mástiles enhiestos. Que yo cuando leo esto me imagino que estoy en plena película “El Señor de los Anillos”, “Excalibur” o “Piratas del Caribe”. Tampoco tienen vagina. Tienen húmedas y tersas cavidades (vamos ni que tuviéramos entre las piernas las cuevas de Nerja), sedosas matas de rizos (este término me encanta, la próxima vez que vaya a depilarme voy a decirle a la “Juani”, la que me depila: “A ver hermosa, despójame de mi sedosa mata de rizos para que me quede arregladita mi tersa cavidad”) o vórtice (os juro que esto lo leí en un libro de Cristine Feham. Que el término que utilizó el traductor es para mear y no echar gota, porque eso de que llamen a mi buyuyu vórtice como que me imagino a mi pariente en plan Doctor Spock gritando en plena copula: “¡¡¡¡Capitán Kirk, Capitán Kirk!!!! Proceda a introducirse raudo y veloz en el vórtice espacial. No hace falta que os diga quién sería el Capitán Kirk, ¿o sí? Jajajajajajajaja)
Ellas, casi siempre son vírgenes. Y las “jodías” siempre tienen la suerte de que las desvirgan indoloramente. Normalmente suele ser así: “Con una certera estocada, introdujo su poderosa espada en su húmeda cavidad, y ahogó el pequeño grito de dolor de ella con un profundo beso”. ¡¡¡¡Vamos igualito igualito que en la vida real!!!
Ahora traslademos estos términos a nuestra vida cotidiana. Por poner un ejemplo. Por un lado tendríamos a Pepe de 30 años, y por otro a Manoli de 25.
Primera escena: Pepe y Manoli le cuentan a sus respectivos amigos que han conocido al chico/a de su vida:
Toma 1. Manoli en casa de sus amigas:
Manoli: He conocido a un chico.Después de los grititos y saltitos locos que solemos hacer todas las tías cuando una amiga nos dice eso, viene la pregunta de rigor a lo José Luis Perales.
Amigas: ¿Y cómo es él?
Manoli: Alto y musculado, con una cara que parece un Adonis griego recién bajado del Olimpo, rasgos cincelados, mandíbula cuadrada, nariz aguileña, con el pelo negro como la noche y ojos azules como el agua cristalina.
Aquí tenemos tres posibles respuestas de las amigas:
a).- ¿¿¿Ein??? ¿¿Me lo repita???
b).- Pero, ¿está bueno o no?
c).-Vamos a ver Manoli, cuantas veces te hemos dicho que no te chutes calimocho en vena que luego ves “Pasión de Gavilanes” y te crees que los tres hermanos Reyes han salido de la pantalla para hacerte un apaño.
Toma 2: Pepe en el bar con sus amigos jugando al mus:
Pepe: He conocido a una chica. Aquí no hay grititos ni saltitos, los amigos directamente se preguntan porqué cojones el Pepe en plena partida de mus se pone a contarles chorradas como esas. Pero aún así, el amigo cotilla no puede evitar hacer la pregunta de rigor:
Amigo: ¿Está buena?
Pepe: Más que eso, tiene el pelo castaño cobrizo con mechas del color del trigo en verano, generosas curvas y delicados pechos cual melocotones maduros, ojos color avellana y labios sensuales que se abren tímidamente pidiendo a gritos ser besados dulcemente por los míos.
En este caso hay dos opciones:
a).- Los amigos por un acto reflejo primitivo de supervivencia cierran sus ojetes y piensan: ¡¡¡Coño, el Pepe se ha vuelto maricón!!!
b).- ¡¡¡Órdago a la grande!!! Por cierto Pepe a ver si te cargas menos el cubata que se te sube a la cabeza el whisky y te nos pones tierno y no hay quien te aguante.
Segunda escena. Pepe y Manoli consuman su amor:
Música de fondo.- “Que viva España”.
Narrador: Pepe, más conocido como “Er Cordobés de Móstoles”, se dispone a entrar al ruedo para dar la certera estocada a “La Manoli”. Manoli, tumbada en la cama, espera con sus estilizadas piernas entreabiertas dejando al descubierto su sedoso matojillo sin depilar porque es invierno y hace frío (y como diría el refrán: ¡¡ande yo caliente y ríase la gente!!) Pepe se tumba encima de Manoli, apoyándose en los codos, para evitar aplastar a la buena mujer. Su fiel espada triunfadora, enhiesta cual mástil del barco de Popeye, va a proceder a introducirse de una sola embestida en el vórtice de su bella amada. Aquí cambiamos de música de fondo y ponemos la de “2001 Odisea en el espacio”. A cámara lenta vemos como mientras Manoli entreabre los labios susurrándole a Pepe tiernas y bellas palabras de amor (estilo: “machote mío, mi semental, ole mi niño que apaño que me va a hacer”), el muchacho introduce delicadamente, pero en profundidad, su portentoso miembro viril. Y, ¡¡¡¡¡sí señores!!!, lo han conseguido. Pepe y Manoli han llegado a consumar su “interludio amoroso”.
Aplausos: plas, plas, plas, plas.
En definitiva: Nos encanta leer este tipo de novelas, disfrutamos con esas narraciones tan románticas, pero si las llevamos a la vida real como que queda muy cursilón, ¿no creéis?.
Moyra
Publicado el Lunes, 19 de Diciembre del 2005 por Autoras en la sombra
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